Carta a una mujer que fue agredida por la expareja de su esposo

Ciudad de México a 17 de diciembre de 2018.

Estimada Sandra*:
Te escribo esta carta con la intención de darte algunas palabras que tal vez puedan serte de utilidad para colaborar con tu bienestar. Antes que nada, quiero decirte que el enojo que sientes es legítimo; pienso que estás viviendo una situación que no es justa, porque nadie merece recibir violencia, ese acoso del que has sido víctima puede explicarse de varias maneras pero no es justificable. Cuando te escuché contar ese pedacito de tu vida, yo también sentí la rabia y la impotencia, porque pienso que mereces vivir en armonía, debería de ser lo lógico ya que eres una persona que trabaja para una de las causas más nobles que es ayudar a las personas para que sean felices, estén sanas y encuentren su bienestar; además de eso, veo que cada día haces un extraordinario trabajo personal para construirte y ser la persona que quieres ser.
Por ahora no pudimos ahondar más en el tema, pero tengo la sensación de que actualmente te sientes atrapada en una situación en la que no puedes controlar lo que hacen los demás, dejándote con frustración y con heridas que no pueden cerrar porque has recibido golpes y no has podido defenderte por el poder que tiene la otra persona, pues ha utilizado su posición para abusar.
Pienso que es necesario establecer límites, o sea marcar que tú no tienes nada que ver en una relación que tuvo y tiene Santiago con la madre de su hijo, inicialmente de pareja y ahora de padres. Por eso, ahora que Santiago ya aceptó recibir ayuda para trabajar ese aspecto de su vida, te pido permiso para abordarlo en la terapia, lo que te ofrezco es un gran compromiso de mi parte haciendo todo lo que esté en mis manos para poder cambiar esa situación y tener mucho cuidado con la forma de abordarlo para que tu no salgas lastimada ya que tengo muy presente que hay algunas cosas que no quieres saber.
Esta es solo una idea que pienso que podría servir en su proceso y que puedes tomar o no, lo pongo a tu consideración de manera muy respetuosa.
Por ahora es lo que quiero compartirte y que he estado pensando porque me preocupa y me ocupa esta situación; si tengo más ideas te las haré saber. Por ahora me despido, sin antes mencionar que te ofrezco mi apoyo, creo que a veces está bien recibir ayuda de los demás para no cargar sola con un peso tan grande como es el bienestar de la familia.
Te envío un fuerte brazo y te comparto un hermoso poema a propósito de tu cumpleaños.


Oda a la vida
(Pablo Neruda)
La noche entera
con un hacha
me ha golpeado el dolor,
pero el sueño
pasó lavando como un agua oscura
piedras ensangrentadas.
Hoy de nuevo estoy vivo.
De nuevo
te levanto,
vida,
sobre mis hombros.

Oh vida, copa clara,
de pronto
te llenas
de agua sucia,
de vino muerto,
de agonía, de pérdidas,
de sobrecogedoras telarañas,
y muchos creen
que ese color de infierno
guardarás para siempre.

No es cierto.

Pasa una noche lenta,
pasa un solo minuto
y todo cambia.
Se llena
de transparencia
la copa de la vida.
El trabajo espacioso
nos espera.
De un solo golpe nacen las palomas.
Se establece la luz sobre la tierra.

Vida, los pobres
poetas
te creyeron amarga,
no salieron contigo
de la cama
con el viento del mundo.

Recibieron los golpes
sin buscarte,
se barrenaron
un agujero negro
y fueron sumergiéndose
en el luto
de un pozo solitario.

No es verdad, vida,
eres
bella
como la que yo amo
y entre los senos tienes
olor a menta.

Vida,
eres
una máquina plena,
felicidad, sonido
de tormenta, ternura
de aceite delicado.

Vida,
eres como una viña:
atesoras la luz y la repartes
transformada en racimo.

el que de ti reniega
que espere
un minuto, una noche,
un año corto o largo,
que salga
de su soledad mentirosa,
que indague y luche, junte
sus manos a otras manos,
que no adopte ni halague
a la desdicha,
que la rechace dándole
forma de muro,
como a la piedra los picapedreros,
que corte la desdicha
y se haga con ella
pantalones.
La vida nos espera
a todos
los que amamos
el salvaje
olor a mar y menta
que tiene entre los senos.
Pablo Neruda

Atte. Nalleli María Cedillo Morales.

*Los nombres han sido cambiador para preservar la confidencialidad de la persona que acude a terapia.

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